OBRA: CONJUNTO MULTIUSOS EN PARCELA DE LA ANTIGUA CIUDAD DEPORTIVA DEL REAL MADRID.
AÑO: 2004
ARQUITECTOS: Emilio López Ruiz de Salazar
COLABORADORES: Daniel del Rey Hernández, Eduardo González Corrales, Rubén Miguel Águeda, Sergio Álvarez Bedoya, Alfonso de Sala Ribé, Sergio del Castillo Tello.
FASE: Anteproyecto.
Se realiza el anteproyecto a raíz de la aprobación y firma del Convenio Urbanístico para la Ciudad Deportiva del Real Madrid, entre las Administraciones Local, Autonómica y la entidad deportiva madrileña.
Dicho Convenio tenía inicialmente por objeto la transformación de la parcela para su integración en el tejido urbano, mediante la construcción de un complejo deportivo, zonas verdes, y un conjunto de cuatro torres con usos mixtos de oficinas y hotel, acompañado de una importante actuación urbana para la construcción de un anillo subterráneo, aparcamientos, y la reorganización de la circulación en la zona mediante la reforma de varios nudos y viales
Sin embargo, de una lectura atenta del mismo documento, se deducía inevitablemente la triste conclusión de la imposibilidad de toda la operación en los términos planteados, en la medida en la que en los términos planteados, el desarrollo de las cuatro torres resultaba incompatible con el uso continuo de cualquier equipamiento municipal, a la vista de la saturación que supondría la afluencia de público.
Por otra parte, la ubicación de las torres, no dejaba espacio suficiente para un equipamiento de dimensiones y características como las referidas en el documento del convenio. Así pues, los elementos que se suponían fundamentales para revertir el valor de la parcela a la ciudad (equipamiento público y zonas verdes), quedaba postergados a un segundo plano de dficil viabilidad, subyugados al valor económico de la operación de las cuatro torres.
En la propuesta realizada, se módica la aplicación del convenio mediante la inserción de un equipamiento de mayor tamaño al previsto, que se sitúa además como jerárquicamente principal en la parcela.
En primer lugar, la orientación del nuevo equipamiento no es residual respecto de las zonas ocupadas por las torres, sino es el que marca la organización de la parcela en su conjunto, siendo esta resultante de una lectura global del entorno y tejido urbano, conectando realmente la parcela con el polideportivo colindante mediante una serie de puentes peatonales, y unificando el conjunto de parques y jardines cercanos con las zonas verdes de la operación propuesta.
Mediante la hibridación de distintos usos (dotacional, zonas verdes, oficinas) en el mismo complejo, puede darse una respuesta adecuada a las diferentes factores urbanos de consideración: Morfología de los tejidos urbanos, topografía y volumetría, y estructura de usos lucrativos y espacios libres.
En primer lugar, y como elemento central en el equipamiento, se plantean un contenedor de extraordinarias dimensiones (225 x 125 metros) a modo de gran salón urbano, capaz de albergar exposiciones, actividades deportivas, ferias, eventos culturales y otros muchos usos. La flexibilidad de uso derivada de un gran espacio vacío sin apoyos intermedios permite programar multitud de actividades de forma continuada, lo que no solo rentabiliza su construcción, sino que permite además de dotar de una actividad en distintas franjas horarias de forma controlada, sin que sea necesario un aforo multitudinario en las horas de mayor afluencia respecto de los horarios de oficinas.
De forma periférica, se plantea un gran jardín urbano, alrededor de este gran contenedor, elevado sobre él, y que le sirve al mismo tiempo de elemento de acceso.
Y en contraposición a los cuatro rascacielos, se resuelve un conjunto de uso administrativo y comercial a modo de “rascasuelos”, elevado sobre pilotes inclinados sobre el jardín urbano, y confiriendo un aspecto característico al conjunto.
Sobre la cubierta del gran contenedor, se dispone de forma intercalada entre los lucernarios, una instalación solar fotovoltaica con la mayor capacidad proyectada hasta la fecha en España, capaz de satisfacer la demanda anual de 600 familias.
La reubicación de las torres respondería no solamente a la adecuación al nuevo elemento preeminente de la operación del convenio, sino que resulta adecuado además para evitar un sombreamiento excesivo sobre la parcela, y por ende, de la cubierta fotovoltaica, y de los jardines colindantes.